El Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha presentado el Plan Inmobiliario del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid–Barajas, que supondrá la comercialización de un espacio de propiedad estatal, ubicado en el entorno del aeródromo madrileño, y cuyo desarrollo inmobiliario será “cuatro veces mayor” que el del Proyecto Madrid Nuevo Norte, conocido como “Operación Chamartín”.
Tal y como se ha hecho público, el espacio abarcará unas 920 hectáreas de suelos potenciales, con una previsión de desarrollo de 562 hectáreas brutas que se materializarán en 2,7 millones de metros cuadrados edificables e integrando 140 hectáreas de espacios verdes. El proyecto se va a acometer a lo largo de los próximos 40 años, con una inversión total de 2.997 millones de euros. “Con ello, se fomentará la competitividad económica, ofreciendo un área de oportunidad para el desarrollo de actividades de alto valor añadido e innovación para la región de Madrid”, ha manifestado De la Serna durante la presentación del proyecto.
Hace unos días, en el transcurso de un acto organizado por Europa Press, el Ministro de Fomento ya había avanzado que “el objetivo es sacar el máximo rendimiento posible a este espacio. El plan inmobiliario se traducirá en un esfuerzo inversor –de colaboración público-privada– de cerca de 1.000 millones de euros durante los 8 primeros años de desarrollo”. Además, añadía que algunos grandes grupos empresariales ya han manifestado su interés por el proyecto.
Nodo logístico, eje fundamental del proyecto
Todas las actuaciones que se van a llevar a cabo en el marco de este proyecto inmobiliario se desarrollarán en torno a tres ejes. En primer lugar, un nodo logístico, que se apoyará en la situación privilegiada de estos terrenos, así como en la importancia creciente de esta actividad. En segundo lugar, un hub empresarial global, con el objetivo de posicionarse como principal polo de atracción para la implantación de sedes corporativas y oficinas de empresas. Y en tercer lugar, como servicio al pasajero, completando la oferta de servicios y la zona de influencia del aeropuerto.
Este proyecto inmobiliario actuará, por tanto, como foco de atracción de tráfico y de servicios, potenciando la actividad logística y de carga, y creando nuevas áreas de actividad hotelera, de oficinas y de congresos.
Cuatro usos de suelo diferenciados
El Plan se ha estructurado en función de cuatro usos de suelo diferenciados:
- Polo logístico: para ello, se han reservado 257 hectáreas, en las que se prevé edificar 1,4 millones de metros cuadrados, junto a la A2 y al actual Centro de Carga Aérea. El objetivo es potenciar la carga aérea, la logística y otras actividades de alto valor añadido, especialmente aquellas que tengan que ver con el comercio electrónico. Se configurarán parques con servicios logísticos integrales, truck center, servicios al transportista, puntos de control y seguridad, estacionamientos y oficinas de apoyo. Asimismo, habrá naves de carga en primera línea y almacenes de distribución.
- Airport City: será un área en la que se creará un nuevo centro urbano de usos mixtos, tanto para pasajeros del aeropuerto como para trabajadores. Serán 62 hectáreas, con 652.000 m2 edificables, que se desarrollará en la zona contigua a la Terminal 4, conectada a través de los principales medios de transporte público. En esta zona habrá hoteles, sedes corporativas, parques de oficinas, así como usos comerciales asociados, de apoyo a los usuarios.
- Actividades aeronáuticas: será un espacio de 9 hectáreas, con 74.000 m2 edificables, para mejorar y modernizar los hangares e incrementar el posicionamiento del aeropuerto como centro de referencia para el mantenimiento de aeronaves.
- Centro de ocio y actividad comercial: se ha reservado una superficie de 57 hectáreas, donde se podrán edificar 341.000 m2, a los que habrá que sumar otros 298.000 m2 de zonas verdes. Este espacio estará destinado a zonas temáticas recreativas, centro comercial, oferta gastronómica, zonas wellness, un museo aeronáutico y observatorios panorámicos.
Fases del proyecto
Está previsto que el proyecto se desarrolle en tres fases. La primera de ellas, de lanzamiento, tendrá una duración de 8 años, durante los cuales se construirán 550.000 m2, con una inversión de 953 millones de euros. Esta primera fase estará centrada en los usos logísticos y en el inicio del Airport City.
La segunda fase se llevará a cabo durante los 8 años posteriores y, en ella, se construirán otros 950.000 m2, con una inversión de 739 millones de euros. Será la consolidación del Airport City y el inicio de la actividad en el centro de ocio.
En la tercera y última fase se consolidará el desarrollo de todas las zonas, con la construcción de 1.202.000 m2 adicionales, con una inversión de 1.305 millones de euros.
Desde Fomento han manifestado que se trata de un diseño flexible, con el fin de atraer inversión privada y construir un modelo de éxito. Está previsto que sea en 2020 cuando se inicie la construcción de los primeros inmuebles, una vez se haya definido la estructura societaria definitiva.
El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid–Barajas ocupa, actualmente, la 5ª posición de la Unión Europea en cuanto a número de pasajeros y se encuentra en el Top 20 de los grandes hubs mundiales, concretamente, en el puesto 18º por volumen de conexiones. Consolidado como la principal puerta de conexión aérea entre Europa y Latinoamérica (25% de cuota de mercado), en 2017 el tráfico de pasajeros con esta región ascendió a 7,5 millones de viajeros.